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Hidroxicloroquina: Vigilancia oftalmológica y otros efectos adversos relevantes

Mujer hispana de mediana edad en consulta oftalmológica, observando un cartel de visión. El oftalmólogo, también hispano, le muestra un diagrama del ojo en una tablet. Ambiente profesional que resalta la importancia del control ocular en pacientes con hidroxicloroquina.

La hidroxicloroquina es un medicamento ampliamente utilizado en el tratamiento de enfermedades autoinmunes como el lupus eritematoso sistémico y la artritis reumatoide. Aunque sus beneficios terapéuticos son bien reconocidos, su uso prolongado puede conllevar efectos adversos significativos, siendo la retinopatía uno de los más preocupantes. La visión borrosa y otros problemas visuales pueden ser indicativos de toxicidad retiniana, lo que subraya la importancia del control oftalmológico regular en pacientes que reciben este tratamiento.

Vigilancia oftalmológica y retinopatía inducida por hidroxicloroquina

La retinopatía inducida por hidroxicloroquina es una complicación grave que puede resultar en pérdida visual irreversible si no se detecta a tiempo. La monitorización oftalmológica es crucial para identificar cambios pre-sintomáticos y preservar la función visual. Las guías actuales recomiendan realizar exámenes de campo visual y tomografía de coherencia óptica (OCT) después de cinco años de uso continuo del medicamento.

Un estudio reciente en el Reino Unido destacó que la cobertura de monitorización es baja, lo que resulta en un alto porcentaje de diagnósticos sintomáticos. Además, se ha observado que la adherencia a las guías de la Academia Americana de Oftalmología es deficiente, especialmente en lo que respecta al inicio y frecuencia de los exámenes de control, lo que puede llevar a diagnósticos tardíos de retinopatía [1].

Otros efectos adversos relevantes

Además de la retinopatía, la hidroxicloroquina puede causar otros efectos adversos significativos. Entre ellos se encuentran la cardiomiopatía inducida y la hiperpigmentación cutánea. La cardiomiopatía, aunque menos común, es una complicación grave que requiere la suspensión inmediata del medicamento si se sospecha toxicidad [2]. La hiperpigmentación de la piel y las lesiones maculares en ojo de buey también han sido reportadas, lo que resalta la necesidad de un monitoreo dermatológico y oftalmológico regular [3].

Conclusiones

El uso de hidroxicloroquina en el tratamiento de enfermedades autoinmunes requiere un equilibrio cuidadoso entre sus beneficios terapéuticos y los riesgos potenciales de efectos adversos. La vigilancia oftalmológica regular es esencial para detectar la retinopatía en etapas tempranas y prevenir la pérdida visual irreversible. Además, es crucial estar atentos a otros efectos adversos como la cardiomiopatía y la hiperpigmentación cutánea. La adherencia a las guías de dosificación y monitoreo, junto con un enfoque multidisciplinario, puede ayudar a minimizar estos riesgos y optimizar el manejo del paciente.

Referencias


Creado 6/1/2025