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Tratamiento de la Esclerosis Múltiple: Modificadores de la enfermedad y manejo de recaídas

Doctora hispana de mediana edad en un consultorio médico revisando un expediente médico en una tableta, con libros médicos y un modelo de cerebro en el escritorio, simbolizando el estudio neurológico. Al fondo, diplomas en la pared y un póster del sistema nervioso, con luz natural entrando por una ventana.

La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad crónica del sistema nervioso central que se caracteriza por la inflamación y desmielinización autoinmune. Afecta principalmente a adultos jóvenes y tiene un impacto significativo en la calidad de vida de los pacientes. A pesar de que no existe una cura definitiva, los avances en los tratamientos modificadores de la enfermedad (DMTs, por sus siglas en inglés) han transformado el manejo de la EM, permitiendo reducir la frecuencia de las recaídas y ralentizar la progresión de la discapacidad.

Modificadores de la enfermedad y manejo de recaídas

Los tratamientos modificadores de la enfermedad son fundamentales en el manejo de la EM. Entre los más utilizados se encuentran el interferón beta y el fingolimod. Estos tratamientos han demostrado eficacia en la reducción de la actividad inflamatoria y la progresión de la enfermedad. El interferón beta actúa modulando la respuesta inmune, mientras que el fingolimod impide la salida de linfocitos del ganglio linfático, reduciendo así la infiltración de células inmunes en el sistema nervioso central [1].

El manejo de las recaídas en la EM es otro aspecto crucial. Los corticoides son el tratamiento de elección para las exacerbaciones agudas, ya que ayudan a reducir la inflamación y acelerar la recuperación. Sin embargo, su uso debe ser cuidadosamente monitorizado debido a los posibles efectos secundarios [2].

Además de los tratamientos farmacológicos, la rehabilitación neurológica juega un papel esencial en el manejo integral de la EM. Las terapias físicas y ocupacionales pueden mejorar la movilidad, la fuerza y la calidad de vida de los pacientes, complementando así los efectos de los DMTs [3].

Conclusiones

El tratamiento de la esclerosis múltiple ha avanzado significativamente con la introducción de los modificadores de la enfermedad y el manejo efectivo de las recaídas. La combinación de terapias farmacológicas como el interferón beta y el fingolimod, junto con la rehabilitación neurológica, ofrece un enfoque integral para mejorar los resultados clínicos y la calidad de vida de los pacientes. Es crucial que los médicos se mantengan actualizados sobre las últimas guías y recomendaciones para optimizar el tratamiento de sus pacientes con EM [4].

Referencias


Creado 6/1/2025