Infarto de Miocardio vs. Disección Aórtica: Decisiones críticas ante el dolor torácico severo

El dolor torácico agudo es uno de los síntomas más desafiantes en la práctica médica, especialmente en el contexto de emergencias. Dos de las condiciones más críticas que pueden presentarse con este síntoma son el infarto de miocardio y la disección aórtica. Ambas requieren un diagnóstico rápido y preciso para evitar consecuencias fatales. En este artículo, exploraremos las diferencias clave entre estas dos condiciones y las decisiones críticas que deben tomarse en el manejo del dolor torácico severo.
Profundizando en el diagnóstico diferencial
El infarto de miocardio se caracteriza por la obstrucción del flujo sanguíneo al corazón, generalmente debido a un trombo en una arteria coronaria. Los síntomas típicos incluyen dolor torácico opresivo, que puede irradiarse al brazo izquierdo, cuello o mandíbula. El uso de un ECG es fundamental para identificar un infarto, especialmente en casos de STEMI (infarto con elevación del segmento ST) [1].
Por otro lado, la disección aórtica es una emergencia vascular en la que una ruptura en la capa interna de la aorta permite que la sangre fluya entre las capas de la pared aórtica, creando un falso lumen. Esta condición se presenta con un dolor torácico súbito y desgarrador, a menudo descrito como un dolor que se irradia hacia la espalda. La identificación de una disección aórtica puede ser más compleja, ya que puede simular otras condiciones como el infarto de miocardio. Un biomarcador emergente, el sST2, ha mostrado ser prometedor en la diferenciación de la disección aórtica de otras causas de dolor torácico [2].
La importancia del control de la presión arterial es crítica en ambas condiciones. En el infarto de miocardio, el manejo de la presión arterial puede ayudar a reducir la carga sobre el corazón, mientras que en la disección aórtica, el control agresivo de la presión es esencial para prevenir la progresión de la disección [3].
Conclusiones
El manejo del dolor torácico agudo requiere una evaluación rápida y precisa para diferenciar entre un infarto de miocardio y una disección aórtica. La utilización de herramientas diagnósticas como el ECG y biomarcadores específicos puede mejorar significativamente la precisión diagnóstica. Además, el control de la presión arterial es un componente esencial en el manejo de ambas condiciones. La educación continua y la actualización en las prácticas diagnósticas y terapéuticas son fundamentales para mejorar los resultados en pacientes con dolor torácico severo.
Referencias
- [1] Approach to chest pain and acute myocardial infarction.
- [2] Magnitude of Soluble ST2 as a Novel Biomarker for Acute Aortic Dissection.
- [3] Hypertensive emergencies in adults: a practical review.
Creado 6/1/2025