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Haloperidol: Efectos secundarios en trastornos psicóticos y evaluación del riesgo extrapiramidal

Un hombre hispano de mediana edad en un consultorio médico moderno, observando pensativamente un frasco de Haloperidol. Una doctora hispana en sus 40s, con bata blanca, lo acompaña, sosteniendo una tableta. El ambiente es profesional y acogedor, destacando la atención médica y el enfoque en los efectos secundarios de los neurolépticos típicos.

El Haloperidol es un neuroléptico típico ampliamente utilizado en el tratamiento de los trastornos psicóticos. Sin embargo, su uso está asociado con una serie de efectos secundarios, especialmente los efectos extrapiramidales (EPS), que pueden limitar su tolerabilidad y aceptación por parte de los pacientes. Este artículo explora los efectos secundarios del Haloperidol, con un enfoque particular en los riesgos extrapiramidales, y ofrece una evaluación basada en la literatura científica reciente.

Profundizando en los efectos secundarios del Haloperidol

El Haloperidol, como otros neurolépticos típicos, actúa principalmente como antagonista de los receptores de dopamina D2. Esta acción es eficaz para controlar los síntomas psicóticos, pero también es responsable de los efectos secundarios extrapiramidales, que incluyen parkinsonismo, acatisia, distonía aguda y discinesia tardía. Un estudio sistemático comparativo ha demostrado que el Haloperidol presenta una mayor incidencia de EPS en comparación con los antipsicóticos de segunda generación, como la olanzapina y la risperidona [1].

Además, la respuesta temprana al tratamiento con Haloperidol puede predecir la aparición de EPS. Un estudio encontró que una mejora temprana en los síntomas psiquiátricos se asocia con un menor riesgo de desarrollar EPS, lo que sugiere que la monitorización temprana puede ser clave para minimizar estos efectos [2].

El riesgo de efectos secundarios también puede estar influenciado por factores genéticos. La polimorfismo CYP2D6*4, por ejemplo, afecta la concentración plasmática de Haloperidol y, por ende, su perfil de seguridad. Los pacientes con ciertas variantes genéticas pueden tener un mayor riesgo de reacciones adversas [3].

Conclusiones

El uso de Haloperidol en el tratamiento de trastornos psicóticos sigue siendo una opción válida, pero requiere una cuidadosa consideración de los efectos extrapiramidales y otros efectos secundarios. La elección del tratamiento debe ser individualizada, teniendo en cuenta la respuesta temprana al medicamento y los posibles factores genéticos que puedan influir en la tolerancia del paciente. La investigación continua y la evaluación clínica son esenciales para optimizar el uso de Haloperidol y mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Referencias


Creado 6/1/2025