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Tratamiento de la Sífilis: Penicilina y seguimiento serológico

Consulta médica en una clínica moderna donde un doctor hispano de mediana edad, con bata blanca y estetoscopio, explica un plan de tratamiento para la sífilis a una paciente hispana joven. En el escritorio hay un gráfico del Treponema pallidum y un calendario de inyecciones de penicilina. La paciente escucha atentamente y asiente con una leve sonrisa. El entorno es profesional y bien iluminado.

La sífilis es una enfermedad de transmisión sexual (ETS) causada por la espiroqueta Treponema pallidum. A pesar de ser una enfermedad antigua, su incidencia ha aumentado en los últimos años, especialmente entre hombres que tienen sexo con hombres. La sífilis puede progresar a diferentes etapas clínicas si no se trata, lo que puede llevar a complicaciones cardiovasculares o neurológicas irreversibles [1]. El diagnóstico y manejo de la sífilis son desafiantes debido a la diversidad de sus manifestaciones y la interpretación de las pruebas serológicas.

Profundizando en el Tratamiento y Seguimiento

El tratamiento de elección para todas las etapas de la sífilis es la penicilina G benzatina. Este antibiótico ha demostrado ser altamente efectivo, incluso en pacientes coinfectados con VIH [2]. Sin embargo, el tratamiento puede fallar en un pequeño porcentaje de pacientes, lo que ha llevado a investigaciones sobre posibles mutaciones genéticas de T. pallidum relacionadas con la resistencia a la penicilina [3].

El seguimiento serológico es crucial para confirmar la curación y detectar posibles reinfecciones. Se recomienda realizar pruebas serológicas no treponémicas, como el VDRL o RPR, a los 3, 6, 12 y 24 meses después del tratamiento [4]. Un descenso de al menos cuatro veces en el título de anticuerpos es indicativo de una respuesta serológica adecuada. En caso de no observarse esta disminución, se debe considerar la posibilidad de reinfección o tratamiento fallido.

Es importante tener en cuenta la reacción de Jarisch-Herxheimer, una respuesta inflamatoria aguda que puede ocurrir después del inicio del tratamiento con penicilina. Aunque generalmente es autolimitada, puede requerir manejo sintomático en algunos casos [5].

Conclusiones

La sífilis sigue siendo un desafío significativo en la práctica clínica debido a su presentación variada y la necesidad de un seguimiento serológico riguroso. La penicilina G benzatina sigue siendo el tratamiento de elección, y el control serológico es esencial para asegurar la curación y prevenir complicaciones. La educación continua y la vigilancia son fundamentales para controlar esta ETS en aumento.

Referencias


Creado 6/1/2025