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Tratamiento de la Gonorrea: Antibióticos de elección y control de contactos

Un grupo diverso de profesionales de la salud, incluyendo un médico hispano y una enfermera asiática, revisan información médica en una tableta digital en una clínica moderna. La imagen simboliza el tratamiento de la gonorrea, destacando la colaboración y el uso de antibióticos como ceftriaxona y azitromicina.

La gonorrea, causada por Neisseria gonorrhoeae, es una de las infecciones de transmisión sexual más comunes a nivel mundial. En los últimos años, hemos observado un aumento preocupante en la resistencia a los antibióticos, lo que complica su tratamiento. Este fenómeno ha llevado a la necesidad de revisar y actualizar las guías de tratamiento para asegurar la eficacia terapéutica y prevenir la reinfección.

Antibióticos de elección

El tratamiento estándar para la gonorrea ha sido la terapia dual con ceftriaxona y azitromicina. La ceftriaxona, un antibiótico de la clase de las cefalosporinas de espectro extendido, se administra generalmente en una dosis única intramuscular de 250-500 mg. La azitromicina, por su parte, se administra en una dosis oral única de 1-2 g. Esta combinación ha mostrado altas tasas de curación y ha contribuido a reducir la resistencia a las cefalosporinas a nivel internacional [1].

Sin embargo, la aparición de cepas resistentes a la ceftriaxona y a la azitromicina ha sido reportada en varias regiones, lo que subraya la necesidad de desarrollar nuevos antimicrobianos y estrategias de tratamiento [2]. En este contexto, el zoliflodacín ha emergido como un prometedor candidato en desarrollo clínico [1].

Control de contactos y prevención de la reinfección

El control de la gonorrea no solo depende del tratamiento efectivo, sino también de la notificación de contactos y la prevención de la reinfección. La notificación de contactos es crucial para identificar y tratar a las parejas sexuales de los pacientes infectados, reduciendo así la propagación de la infección. Estrategias como la terapia de pareja expedita (EPT, por sus siglas en inglés) han demostrado ser efectivas para mejorar el tratamiento de las parejas sexuales [3].

Además, la implementación de programas de notificación de contactos mejorados ha mostrado un aumento en la detección de casos, lo que es esencial para el control de brotes [4]. La vigilancia continua y el seguimiento de los contactos son componentes esenciales para el manejo efectivo de la gonorrea y la prevención de la reinfección.

Conclusiones

El tratamiento de la gonorrea enfrenta desafíos significativos debido a la creciente resistencia a los antibióticos. La terapia dual con ceftriaxona y azitromicina sigue siendo el estándar, pero la aparición de cepas resistentes requiere una vigilancia constante y el desarrollo de nuevos tratamientos. La notificación de contactos y la terapia de pareja expedita son estrategias clave para controlar la propagación de la infección y prevenir la reinfección. La colaboración entre profesionales de la salud y la implementación de políticas de salud pública efectivas son esenciales para abordar este problema de salud global.

Referencias


Creado 6/1/2025