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Diagnóstico de la Insuficiencia Renal Crónica: TFG, proteinuria y diagnóstico diferencial

Un médico hispano de unos 40 años, con bata blanca y estetoscopio, revisa atentamente un gráfico de pruebas de función renal en un consultorio médico moderno. En el fondo, una pantalla de computadora muestra un diagrama detallado de los riñones humanos, relevante para la enfermedad renal crónica. El entorno refleja profesionalismo y experiencia en el diagnóstico de insuficiencia renal crónica.

La insuficiencia renal crónica (IRC) es una condición médica que afecta a millones de personas en todo el mundo. Su diagnóstico temprano es crucial para prevenir la progresión hacia la enfermedad renal en etapa terminal. En este contexto, el filtrado glomerular (TFG) y la proteinuria son herramientas diagnósticas esenciales que permiten evaluar la función renal y el daño renal, respectivamente. Este artículo explora la importancia de estos marcadores y el diagnóstico diferencial en la práctica clínica.

Profundizando en el diagnóstico de la IRC

El filtrado glomerular es el mejor indicador de la función renal global. Se mide directamente mediante marcadores exógenos o se estima a través de ecuaciones basadas en la creatinina sérica. Un TFG inferior a 60 mL/min/1.73 m² durante al menos tres meses es indicativo de IRC, independientemente de la causa subyacente [1]. La proteinuria, por otro lado, es un marcador de daño renal y se asocia con un mayor riesgo de progresión de la IRC y mortalidad [2].

En pacientes con diabetes tipo 2, la albuminuria se ha relacionado más estrechamente con la disfunción endotelial que el TFG, lo que sugiere que la proteinuria podría ser un indicador más sensible de daño vascular en esta población [3]. Además, la presencia de proteinuria puede influir en la progresión de la enfermedad renal, incluso en ausencia de dislipidemia significativa [4].

Conclusiones

El diagnóstico de la insuficiencia renal crónica requiere una evaluación cuidadosa del filtrado glomerular y la proteinuria. Estos marcadores no solo ayudan a identificar la presencia de IRC, sino que también proporcionan información valiosa sobre el riesgo de progresión de la enfermedad y complicaciones asociadas. La integración de estos parámetros en la práctica clínica diaria es esencial para un manejo efectivo de la IRC y para mejorar los resultados en los pacientes.

Referencias


Creado 6/1/2025