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Cáncer de Paratiroides: Hipercalcemia como Alerta Temprana y Métodos de Confirmación

Consulta médica en la que un doctor hispano explica a una paciente hispana de mediana edad, sentada en una camilla, sobre el cáncer de paratiroides. En el fondo, se muestra un diagrama anatómico de las glándulas paratiroides y niveles de calcio en una pantalla de computadora.

El cáncer de paratiroides es una neoplasia endocrina extremadamente rara, representando menos del 1% de todos los casos de hiperparatiroidismo primario. A pesar de su rareza, su diagnóstico y manejo presentan desafíos significativos debido a la falta de características distintivas claras y su similitud con enfermedades paratiroideas benignas. La hipercalcemia severa es a menudo la primera señal de alerta, y su manejo es crucial para mejorar la calidad de vida del paciente y reducir la mortalidad asociada.

Hipercalcemia como Alerta Temprana

La hipercalcemia es el signo bioquímico más característico del cáncer de paratiroides, y suele ser más pronunciada que en otras formas de hiperparatiroidismo. Los pacientes pueden presentar síntomas como fatiga, debilidad muscular, dolor óseo y síntomas gastrointestinales. En casos avanzados, la hipercalcemia puede ser incontrolable y representar una amenaza para la vida del paciente. Estudios recientes han destacado la importancia de la detección temprana de la hipercalcemia para el diagnóstico oportuno del cáncer de paratiroides [1](https://ascpt.onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1002/cpt.3432).

El diagnóstico diferencial entre el cáncer de paratiroides y otras causas de hiperparatiroidismo es complejo. La medición de los niveles de PTH elevados es esencial, ya que estos suelen estar significativamente aumentados en el cáncer de paratiroides, a menudo superando tres a diez veces el límite superior normal [2](https://erc.bioscientifica.com/view/journals/erc/30/4/ERC-22-0287.xml).

Métodos de Confirmación

El diagnóstico definitivo del cáncer de paratiroides se basa en la identificación de características histopatológicas específicas, como la invasión vascular o perineural, y la invasión a estructuras adyacentes. La gammagrafía paratiroidea y otras técnicas de imagen avanzadas pueden ayudar en la localización del tumor y en la evaluación de su extensión [3](https://linkinghub.elsevier.com/retrieve/pii/S0093775410001831).

El tratamiento principal es la resección quirúrgica en bloque del tumor, que ofrece la mejor oportunidad de cura. Sin embargo, en casos de enfermedad no resecable, se han explorado terapias sistémicas emergentes, como el uso de inhibidores de la tirosina quinasa y temozolomida, aunque su eficacia aún está en evaluación [4](https://www.turkjpath.org/text.php?doi=10.5146/tjpath.2015.01316).

Conclusiones

El cáncer de paratiroides sigue siendo un desafío diagnóstico y terapéutico debido a su rareza y presentación clínica inespecífica. La hipercalcemia severa y los niveles de PTH elevados son indicadores clave que deben alertar a los clínicos sobre la posibilidad de esta enfermedad. La detección temprana y el manejo multidisciplinario en centros especializados son fundamentales para mejorar los resultados en estos pacientes. La investigación continua en las bases moleculares y genéticas del cáncer de paratiroides promete abrir nuevas vías para el diagnóstico y tratamiento en el futuro [5](https://linkinghub.elsevier.com/retrieve/pii/S0303720724001850).

Referencias


Creado 13/1/2025